A todos los Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Fieles Laicos de la Arquidiócesis. Que Cristo, Príncipe de la Paz, los colme de sus gracias en esta Navidad ya próxima.
Ante los graves problemas y desafíos sociales, nadie puede quedar indiferente sin contribuir a que Oaxaca mejore; el primer paso indispensable es impulsar una auténtica y amplia Reconciliación Social. Una reconciliación que incida realmente en la sociedad es tarea de todos y por largo tiempo; exige tomar conciencia del grave deterioro, revisarnos con honestidad y valentía, levantar la mira hacía metas posibles de vida mejor, diseñar los pasos de la reconciliación, emprender el camino asegurando los lugares y focos principales de acción y de irradiación
Estamos convencidos que sólo en Dios es posible cambiar el corazón y tener el valor de asumir acciones congruentes con lo que creemos y anhelamos; hoy más que nunca sentimos la urgencia de pedirle al Señor de la historia de manera concreta que seamos capaces de revisarnos desde el corazón para enderezar nuestra conducta y reorientemos nuestra participación en la sociedad.
Los católicos tenemos más exigencias de fondo para participar porque la fe en Jesucristo nos lleva necesariamente a contribuir por el bien común aportando el fermento del amor que suscita confianza, mejora relaciones, reconcilia, perdona, compromete y une. Con esta intención convocamos a todos los católicos a intensificar la oración por la Reconciliación y la Paz Social de Oaxaca y del país disponiéndonos a contribuir asumiendo todos nuestra responsabilidad; iniciamos con el día de la fiesta de Santa María de Guadalupe y culminaremos con la jornada de oración el próximo 1° de enero, día en que la Iglesia Universal reflexiona y ora especialmente por la paz.
Cada día 1° de enero Su Santidad el Papa nos invita para celebrar la Jornada Mundial por la Paz, motivo grande para unirnos como Iglesia universal e implorar a Dios nos dé su luz para ser verdaderos instrumentos de su Paz en bien de nuestro mundo.
La transición en las responsabilidades de gobierno y las aspectativas de la sociedad por un verdadero cambio, son la coyuntura actual que Dios nos ofrece y es propicia para la realización de esta Jornada por la Reconciliación y la Paz en nuestro Estado en esta fecha, día en el que además coincide cuando las nuevas Autoridades Municipales asumen también su cargo; es nuestro deber encomendarlos a Dios a fin de que sean verdaderos servidores de sus pueblos, responsables importantes para lograr la reconciliación y paz que necesitamos y poder así avanzar en el desarrollo integral que exigen las comunidades.
Pido por tanto que el día 1° de enero en todas las comunidades parroquiales se tenga muy en cuenta esta intención en las Celebraciones Eucarísticas, así como en las Celebraciones de la Palabra en las comunidades que no tengan la Eucaristía; organizar una Hora Santa con esta intención en todas las comunidades que cuenten con Jesús Sacramentado, o el rezo del Santo Rosario en las capillas donde no lo tengan. Previo a esta fecha, que no falte en todos los hogares católicos y en los grupos parroquiales un momento de reflexión y oración por este motivo.
Que la festividad litúrgica del día 1° de enero, al reconocer a la Virgen María como Madre de Dios, nos ayude a emprender esta tarea, sabemos que María Santísima es también Reina de la Paz y en ella encontraremos siempre la ayuda para alcanzar lo que su Hijo nos pide, construir su Reino de justicia y de paz. Imploremos desde el corazón y llenos de confianza la intercesión de la Santísima Virgen: “Santa María de Guadalupe, Reina de México; conserva nuestra fe y salva a nuestra patria”.
Les reitero mi saludo cordial y mi felicitación para esta próxima Navidad y Año Nuevo. Cuenten con mi oración y bendición.
+ José Luis Chávez Botello.
Arzobispo de Antequera Oaxaca.
