PALABRA QUE ILUMINA Y ROBUSTECE LA ESPERANZA
Comunicado de Prensa
Noviembre 21 de 2010.
Como regalo de Dios hemos experimentado la Visita Pastoral a esta Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, de Monseñor Cristophe Pierre, Nuncio Apostólico en México del 18 al 20 de Noviembre. Así como la fuerza creadora de la Palabra de Dios dio origen al universo, la palabra y la presencia del Santo Padre, en la persona del Nuncio Apostólico, generó en nuestra Iglesia Local emociones, sentimientos, reflexiones, celebraciones, tareas y compromisos de vida.
En la Asamblea Diocesana nos recordó que el primer fruto de Pentecostés fue la Comunidad Eclesial constituida Signo e Instrumento del único y universal proyecto salvífico de Dios a través de la Comunión y el Testimonio; misión que exige amor por encima de todo y de todos; solamente así puede ser compromiso de fidelidad, fuente de fecundidad y de energía pastoral. Necesitamos un nuevo Pentecostés que renueve la Vida y el Testimonio de nuestra Arquidiócesis.
En Ocotlán nos confirmó que el Encuentro con Cristo Vivo es indispensable para levantarnos y ayudar a levantar a otros de tal forma que, manteniéndonos unidos a Cristo, mostremos coherencia entre fe y vida e impulsemos la civilización del amor.
Cuántas frases llenas de profundidad: “La Iglesia transmite la esperanza y la posibilidad del Encontrarse con Cristo. La Iglesia de Oaxaca es una fuerza dinámica llamada a impulsar el cambio y transformación de la sociedad. El Evangelio es una puerta abierta hacia Dios. Espiritualidad es tener valor, fuerza y coraje de defender los valores del Evangelio. Educación significa ayudar a encontrar la Libertad. Para triunfar, los malos solo necesitan que los buenos no hagan nada. Hay una cultura que quiere separar a la sociedad de Dios...eso es quitarle el alma”.
La Visita Pastoral del Nuncio Apostólico confirma nuestro caminar pastoral con el Plan Diocesano y abre perspectivas a nuestros programas: renovar nuestro encuentro con Cristo Vivo, fortalecer la Unidad y la Comunión, vivir con alegría la armonía en la complementariedad, evitar vivir bajo el yugo del egoísmo, del individualismo, de la soberbia, de la violencia y de la dureza de corazón, promover lazos de comunión, de justicia y de fraternidad, asumir con decisión y valentía la vocación y misión de discípulos y misioneros de Cristo, luchar para hacer prevalecer la civilización del amor en nuestra sociedad. Una palabra que ilumina, una bendición que fortalece y una esperanza que robustece.
Con mi saludo y bendición para todos.
+José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca
